Praga es una ciudad encantadora y cualquiera que la haya visitado seguro que no tenía ganas de irse. Por desgracia, ya se sabe que las vacaciones son siempre demasiado cortas…pero incluso si sólo podéis concederos un fin de semana en Praga no os preocupéis.
El itinerario para un fin de semana en Praga que os proponemos a continuación os permitirá ver lo mejor de Praga en sólo dos días; si podéis disfrutar de un tercer día de vacaciones, después de haber visitado las principales atracciones abandonaos al relax, tal vez haciendo un poco de compras, una excursión fuera, holgazaneando en una cafetería o en un parque.
Nuestra lista de cosas que hacer en Praga en tres días incluye las calles y las plazas más famosas de la ciudad, los museos y monumentos históricos más importantes, magníficas iglesias barrocas y edificios modernos bizarros. No faltará tiempo para disfrutar de una cerveza pilsner espumosa en un pub tradicional!
Unas vacaciones en Praga no pueden no empezar desde la Ciudad Vieja, el centro de la Praga medieval, precisamente desde la Starometske que es sin duda el corazón vibrante de Praga y una de las plazas más bellas del mundo. En su centro se encuentra el Antiguo Ayuntamiento, sobre cuya torre resalta el Reloj Astronómico: esperad a que dé la hora en punto para presenciar el espectáculo de las figuras de madera que cobran vida, a continuación visitad la Iglesia de Nuestra Señora de Tyn, que domina la plaza con sus agujas góticas y terminad la vuelta a la plaza con la iglesia blanca de San Nicolás.
Desde el Casco Antiguo dando un breve paseo se puede llegar al Barrio Judío de Josefov, uno de los guetos más grandes de Europa. Una zona muy interesante, con una fuerte importancia histórica, donde se pueden visitar espléndidas sinagogas, emocionantes exposiciones sobre la vida de los judíos durante la época nazi y el antiguo cementerio judío.
Cerca del Barrio Judío, en Jiráskovo námestí, se encuentra la Casa Danzante, un edificio futurista compuesto por dos torres que parecen abrazarse en un vertiginoso paso de baile. No es casualidad que sea también conocida como Ginger y Fred, a partir de los nombres de los dos famosos bailarines.
Cuando cae el sol llega el momento de visitar una de las maravillas de Praga, que es el famoso Puente de Carlos desde el que se puede disfrutar de una espléndida vista del Castillo iluminado.
Terminad la tarde con una cena en una taberna típica, tal vez seguida de un concierto en uno de los numerosos jazz club de la ciudad o de un espectáculo de teatro negro, una representación teatral típica de Praga.
La mañana es un buen momento para visitar el barrio del Castillo (Hradcany): salid temprano porque hay mucho que ver! Si os sentís con ganas de caminar de buena mañana podéis subir al Castillo de Praga utilizando la Escalinata nueva; para evitar cansaros enseguida también podéis coger el tranvía 22 o 23 desde Malostranské námestí y bajar en Pohorelec.
Os aconsejamos que iniciéis vuestra visita desde el monasterio de Strahov para seguir después el gracioso recorrido que os llevará a la entrada del área del Castillo bajando por la Loretánská hasta Hradcanske námestí (Plaza del Castillo). En la plaza se encuentra la magnífica Catedral de San Vito, símbolo espiritual de toda Bohemia y tesoro de maravillosas y valiosas obras de arte. Entre los edificios del siglo XVIII que rodean la plaza resalta el complejo del Palacio Real. Terminad vuestra visita con un paseo por el famoso Callejón del Oro, una callejuela de artesanos orfebres que se convirtió en la fantasía popular en el reino de la alquimia y de la magia. Las casas de colores del callejón albergan hoy en día tiendas de recuerdos y artesanía, ideales para hacer un poco de shopping.
Antes de bajar tomaos un poco de tiempo para disfrutar de una agradable vista de Praga desde las alturas, después atravesad los jardines del castillo o coged la Nerudova hasta Malostranské námestí, el corazón del Barrio Pequeño. Para relajaros un poco desplazaos a la romántica Isla de Kampa, que se encuentra justo al lado del Puente de Carlos y terminad el día paseando por las pintorescas calles del Barrio Pequeño.
Os quedan fuerzas todavía? Bien, porque la vida nocturna de Praga no tiene fin. Cenad en un restaurante de moda, tomad una copa en un moderno cocktail bar y soltaos la melena en la pista de uno de los clubes más cool de la capital.
El último día es todo para vosotros. Si queréis ir de compras o visitar una galería o museo la mejor zona es la Ciudad Nueva, cuyo centro neurálgico es la Plaza San Wenceslao. Se trata de un bulevar en la orilla derecha del Moldava con numerosas tiendas, restaurantes y cafés y dominado por el majestuoso edificio de la Galería Nacional, ubicado en el hermoso Palacio Sternberg.
Otra idea para vuestro último día en Praga podría ser una excursión fuera de la ciudad al castillo de Vyšehrad con su famoso cementerio, o si no subir a la colina de Petrín, comodamente accesible en funicular.
Si os gusta la arquitectura Art Nouveau y neo renacentista visitad el barrio de Vinohrady, elegante y carísimo, mientras que si os sentís un poco hípsters dar una vuelta por Zizkov, el antiguo barrio obrero de Praga.
No estáis de humor para hacer visitas turísticas? Descansad en uno de los preciosos parques y jardines de la ciudad, como los jardines de Letna, o también podéis regalaros un masaje en uno de los spa más bonitos de Praga.
Ha llegado el momento de hacer la maleta y volver, pero estamos seguros de que os llevaréis con vosotros a casa fotos estupendas y recuerdos inolvidables.
La City Card le permite ahorrar en transporte público y/o entradas a las principales atracciones turísticas.
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