Se recomienda una visita al Museo del Comunismo para conocer mejor la historia de la ciudad y los acontecimientos que marcaron durante mucho tiempo este territorio en el siglo XX. Los Acuerdos de Jalta, firmados al final de la II Guerra Mundial, establecieron de hecho que la entonces nación de Checoslovaquia quedaba dentro de la esfera de influencia de la URSS; esta decisión influyó después en la historia y la economía del país durante más de cuarenta años.
Abierto al público en 2001 gracias al trabajo de Glenn Spicker, el sitio ocupa una superficie de casi 1.500 metros cuadrados y narra diversos aspectos de la vida en Checoslovaquia durante el régimen comunista. Se presta especial atención a los años que van desde el golpe de estado de febrero de 1948 hasta la Revolución de Terciopelo de 1989, cuando los ciudadanos estuvieron privados de libertades personales y de propiedad privada durante mucho tiempo.
Dentro del Museo del Comunismo de Praga, puedes seguir un recorrido para descubrir cómo vivió la ciudad los años de la dictadura comunista. Se pueden explorar diversos aspectos: desde cómo era la vida cotidiana de una familia hasta la política, desde las actividades deportivas hasta la educación, pasando por un itinerario que abarca el arte, la propaganda y la censura. A continuación, se dedica una sección a las actividades de represión, la policía y los campos de trabajo en funcionamiento durante la época estalinista.
Distribuido en dos plantas, el recinto alberga la sección de exposiciones en la primera planta y la tienda, la cafetería y los espacios de exposiciones temporales en la segunda. El recorrido comienza con una sección conocida como “el Sueño”, que trata del nacimiento de Checoslovaquia como nación y de los diversos acontecimientos históricos que tuvieron lugar en ella hasta la caída del Muro de Berlín. Le sigue la sección “Realidad”, que incluye temas como la nacionalización, la propaganda comunista, el Taller Socialista y las actividades de la Policía Secreta.
A través de paneles interactivos, maquetas en 3D, fotos, objetos, vídeos y reconstrucciones, es posible rememorar el ambiente de terror. Hay reconstrucciones de cómo eran las casas y las aulas en los años 50 y 60, pero también de cómo realizaban los interrogatorios los agentes secretos de la StB, la policía política creada por el Partido Comunista Checoslovaco.
Le sigue un área conocida como “La Pesadilla”, que trata de los juicios políticos, los campos de trabajo y los acontecimientos desde agosto de 1968 hasta la Revolución de Terciopelo. Por último, una parte está dedicada a la historia de Václav Havel, político checo perseguido durante el comunismo que fue presidente de la nueva República Checa de 1993 a 2003. La gran cantidad de material fotográfico presente procede de archivos históricos estatales, de la Asociación de Trabajadores Forzados en Campos Militares y de colecciones personales de fotógrafos y ciudadanos.
El museo merece sin duda una visita, pero hay que añadir que muchos checos objetan que carece de precisión y rigor histórico.
El Museo del Comunismo abre todos los días de 9.00 a 20.00 horas (excepto el 24 de diciembre).
El Museo del Comunismo está situado en el centro histórico de Praga, cerca de la Plaza de la República (Náměstí Republiky). Se puede llegar al museo a pie o tomando la línea B del metro y bajando en la parada Náměstí Republiky.
El Museo del Comunismo está situado en el centro de la ciudad, a menos de 800 metros del Staré Mesto (Casco Viejo).
La City Card le permite ahorrar en transporte público y/o entradas a las principales atracciones turísticas.