El Barrio Pequeño (Malà Strana en checo), encajado entre el castillo y el Moldava, es junto al Caco Antiguo el centro histórico y el corazón de la Praga turística. La Plaza del Barrio Pequeño es el eje vital de la zona, dominada por la imponente Iglesia de San Nicolás.
Llena de elegantes edificios renacentistas y barrocos, este barrio es atravesado todos los días por una multitud de turistas en ruta hacia el Castillo de Praga o el Puente de Carlos, pero bastará con abandonar las calles principales, como la famosa Calle Nerudova con sus pintorescos letreros, para entrar en un laberinto de callejuelas típicas, tranquilas y sugestivas.
Si queréis un oasis de tranquilidad y relajación podéis subir a la colina de Petrín y observar la ciudad desde arriba, o si no dar un paseo por la romántica isla de Kampa o por uno de los magníficos jardines que se encuentran en este barrio, como el jardín Wallenstein o Ledenbour.
No olvidéis dejar una huella de vuestro paso en el muro de John Lennon, un colorido monumento a la paz y la hermandad con un importante significado histórico para los jóvenes de Praga.
La zona no está bien conectada con el transporte público, pero la parada de metro de la línea A Malostranská está bastante cerca. Los tranvías 12, 20, 22 y 23 llegan a Malostranské Námestí y recorren Újezd hasta el funicular que sube a la colina de Petrin.
La City Card le permite ahorrar en transporte público y/o entradas a las principales atracciones turísticas.