Al igual que otras grandes capitales europeas, Praga también está atravesada por un río que divide la ciudad en dos: el río Moldava o Vltava en checo. No es sólo el río de Praga, sino también el río más largo de la República Checa: nace en la Selva de Bohemia y se une al río Elba después de pasar a través de grandes ciudades como Český Krumlov y Budejovice. En Praga, el río fluye bajo uno de los símbolos nacionales, el histórico Puente Carlos, construido en el siglo XIV y lleno de gente a todas horas.
El compositor checo Bedrich Smetana dedicó un poema sinfónico al río Moldava que lleva por título el nombre del río y es una vívida descripción del avanzar de las aguas, un canto a la naturaleza y una declaración de amor a su tierra natal. La famosa melodía-refrán que hizo el “Moldava” famoso en todo el mundo se inspira a una antigua canción de peregrinos y quiere evocar la idea de la corriente del río como un viaje hacia una meta.
Es una de las actividades favoritas de la gente de Praga durante el fin de semana; si el tiempo lo permite, lo ideal es un paseo en barco por el Moldava en la ciudad o hasta los famosos complejos turísticos de los alrededores (Štechovice, Melník, Slapy, Stromovka).
Además, es posible alquilar botes y botes a pedales a pedido, mientras que los ciclistas pueden admirar el Moldava a lo largo de un largo carril bici de 400 km, casi en su totalidad a lo largo del río, en un terreno fácil, en su mayoría llano o cuesta abajo.
Hay muchos operadores turísticos que ofrecen cruceros por el Moldava, de una hora o más, incluso con cena y acompañamiento de música jazz. Es una experiencia fascinante que tenéis que vivir porque estos paseos os permiten admirar la capital desde una perspectiva diferente y abandonaros a la magia del río.
Si dispones de poco tiempo, elige uno de los cruceros a continuación: en aproximadamente una hora podrás admirar las dos orillas de la ciudad desde el río, de día o de noche.
Una idea a considerar es hacer un crucero por el río por la noche, con cena incluida. Praga es maravillosa iluminada por la luna y las luces de la ciudad, ciertamente muy sugerente.
La City Card le permite ahorrar en transporte público y/o entradas a las principales atracciones turísticas.