Aunque forma parte de la Unión Europea, la República Checa no ha adoptado el euro por lo que para vuestras compras en Praga tendréis que pagar con la moneda local, la Corona Checa (abreviado internacionalmente como CZK y localmente como Kč).
Algunas tiendas, hoteles y restaurantes aceptan el pago en moneda extranjera, principalmente euro y dólares, pero el cambio aplicado es siempre desfavorable, y el resto se dará en coronas checas.
El cambio varia constantemente, pero aproximadamente una corona checa equivale a 0,03 euros. Hay monedas de 1, 2, 5, 10, 20 y 50 coronas y billetes de 100, 200, 500, 1000, 2000, 5000 coronas.
Será bastante difícil cambiar euros a coronas checas antes de irse de vacaciones a Praga: algunos bancos españoles sólo cambian monedas “fuertes” como el dólar o la libra esterlina, y los que aceptan cambiar otras monedas lo hacen sólo bajo reserva previa.
No os preocupéis, podéis cambiar dinero fácilmente cuando lleguéis a la República Checa en las cabinas de cambio presentes en el aeropuerto o en una de las muchas casas de cambio que se encuentran en el centro histórico. También muchos hoteles de media/alta categoría ofrecen servicio de cambio.
La solución más conveniente, sin embargo, es sacar coronas en el cajero automático: se ha generalizado y no será difícil encontrar cajeros. Antes de salir, verificad con vuestro banco si hay alguna restricción y cuál es el límite de retirada diario.
La corona checa es la moneda oficial introducida en la República Checa el 1 de enero de 1993, tras la desintegración de Checoslovaquia.
En los billetes se representan personajes famosos de la historia y de la cultura checa como el rey Carlos IV, el filósofo Comenius, la escritora e historiadora Božena Němcová y el historiador František Palacký, llamado “el padre de la patria checa”.
La City Card le permite ahorrar en transporte público y/o entradas a las principales atracciones turísticas.